Sobre Nosotros
Sobre Nosotros
Somos una familia formada por religiosos, sacerdotes y laicos. Animamos parroquias y comunidades con iniciativas misioneras. Estamos presentes en 76 naciones.
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Misión
Continuar la misión de Jesucristo. Dedicados al anuncio misionero del Evangelio. Atendemos las urgencias pastorales de la Iglesia
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Popular
Con un lenguaje sencillo y cercano. Con dinamismo, audacia y creatividad. En itinerancia, hasta donde haga falta llegar. Al lado de las dificultades y esperanzas de la gente, especialmente los más sencillos y débiles.
Así comenzó todo
Nuestra Historia
La Congregación del Santísimo Redentor fue la respuesta que san Alfonso dio a Jesús ante la llamada de los pobres. En 1730, Alfonso se encontraba agotado a causa del duro trabajo de las misiones. Los médicos le ordenaron tomar un período de descanso y que fuera allí donde pudiera respirar el aire puro de la montaña. Con algunos de sus compañeros se fue a Scala, en la costa amalfitana del sur de Nápoles. Allá, en la montaña, se encontraba el santuario de Santa María de los Montes, un lugar perfecto para descansar, un lugar perfecto para la contemplación, cerca de la Madre de Dios: alturas montañosas, belleza y, abajo, el mar.
Pero Scala significaba también pobreza. En las montañas vivían algunos pastores que le pidieron que les hablara del Evangelio, de la Palabra de Vida. Alfonso se maravilló del hambre que aquellas pobres gentes tenían de la Palabra de Dios y le vinieron a la mente las palabras del profeta: "Los niños pedían pan pero no había quien se lo diera" (Lam. 4.4). Su primer biógrafo cuenta que cuando Alfonso dejó Scala, parte de su corazón quedó con aquellos pastores y que lloró pensando en el modo de ayudarlos.
En Nápoles, después de largas plegarias y de consultas para lograr ayuda y discernimiento comprendió que debía volver a Scala. Ciertamente, también en Nápoles había pobreza pero otros muchos habrían podido ayudar a los pobres a huir de su marginación social mientras que, en Scala, los pobres se encontraban solos, no tenían a nadie que los ayudara estaban totalmente abandonados. En la época de san Alfonso, estos pastores y la población agrícola se encontraban entre los grupos más maltratados por la sociedad: "no se los consideraba hombres como los demás eran una desgracia de la naturaleza". Fue a causa del infortunio que acompañaba a estos pobres lo que hizo que san Alfonso optara por ponerse de su parte, compartir su vida y alimentarlos abundantemente con la Palabra de Dios.
El 9 de noviembre de 1732, en su querida Scala, san Alfonso de Liguori fundó la Congregación del Santísimo Redentor para seguir el ejemplo de Nuestro Salvador Jesucristo, anunciando la Buena Nueva a los pobres. Tenía entonces 36 años. Su vida se convirtió en una misión continua y en un servicio a los más abandonados. La Congregación fue aprobada por Benedicto XIV el 25 de febrero de 1749.
Los Misioneros redentoristas continúan el carisma de Alfonso en la Iglesia y en la sociedad. "Los redentoristas son apóstoles de fe robusta, de esperanza alegre, de ardiente caridad y celo encendido. No presumen de sí y practican la oración constante. Como hombres apostólicos e hijos genuinos de san Alfonso, siguen gozosamente a Cristo Salvador, participan de su misterio y lo anuncian con la sencillez evangélica de su vida y de su palabra, y por la abnegación de sí mismos se mantienen disponibles para todo lo arduo a fin de llevar a todos la redención copiosa de Cristo" (Constituciones redentoristas n. 20).
Los Redentoristas viven en comunidades misioneras, siempre se muestran acogedores y entregados a la oración como María de Nazareth. A través de misiones, de retiros, del ministerio parroquial, del apostolado ecuménico, del ministerio de la reconciliación y con la enseñanza de la teología moral, proclaman el amor de Dios nuestro Padre que, en Jesús, "ha vivido entre nosotros" para convertirse en profunda misericordia y en Palabra de Vida que nutre el corazón humano y da sentido a la vida a fin de que se viva en la máxima libertad y en solidaridad con los demás. Y así como Alfonso, también los Redentoristas practican una clara opción por los pobres, afirmando su dignidad y su grandeza ante Dios, convencidos de que la Buena Nueva del Señor se dirige a ellos de modo especial. Hoy, los Redentoristas son alrededor de 5.500; trabajan en 77 países de los cinco continentes, ayudados por muchos hombres y mujeres que colaboran en su misión; todos juntos forman la gran Familia redentorista. "Nuestra Señora del Perpetuo Socorro" es el icono misionero de la Congregación. (https://www.cssr.news/spanish/redentoristas/nuestra-historia/)
El sentido del Redentorista
Espiritualidad Misionera
La espiritualidad redentorista es la propuesta de la fe, el anuncio explícito de la Palabra de Dios que sana y libera al hombre. Posee algunas notas características: pastoral, misionera, dinámica… Vamos a descubrirlo en la regla de vida de los misioneros redentoristas, sus Constituciones. Los dos primeros números son una buena síntesis del carisma redentorista, del propósito de esta Institución religiosa y de aquello que el Espíritu aporta a la Iglesia y al mundo a través de ella.

Como organización
¿Qué somos?
La Provincia Andino Caribeña, fundada por san Alfonso, es un Instituto Religioso Misionero Clerical, de derecho pontificio y excento, integrado por miembros de diversos ritos, cuyo fin es seguir el ejemplo de Jesucristo Salvador en la predicación de la Palabra de Dios a los pobres, como Él dijo de sí mismo: Me envió a anunciar la buena nueva a los pobres. La Congregación participa así de la misión de la Iglesia que, por ser sacramento universal de salvación, es esencialmente misionera. Esto lo lleva a cabo acudiendo con dinamismo misionero y esforzándose por evangelizar en las urgencias pastorales a los más abandonados, especialmente a los pobres. La Congregación sigue el ejemplo de Cristo por medio de la vida apostólica, que comprende a la vez la vida de especial consagración a Dios y la actividad misionera de los redentoristas.
Como comunidad
¿A quiénes reúne?
Para realizar esta misión en la Iglesia, la Congregación reúne hermanos que, viviendo en común, constituyen un cuerpo misionero y, según el ministerio propio de cada uno, se vinculan orgánicamente a él por la profesión. Movidos por el espíritu apostólico e imbuidos del celo del Fundador, fieles a la tradición marcada por sus antepasados y atentos a los signos de los tiempos, todos los redentoristas, "como cooperadores, socios y servidores de Jesucristo en la gran obra de la redención": – son enviados a predicar el evangelio de salvación a los pobres (cap. I), – constituyen una comunidad apostólica (cap. II), – consagrada de modo especial al Señor (cap. IIl), – que recibe una formación apropiada (cap. IV) – y está provista de formas adecuadas de gobierno (cap. V).


Santos y Beatos Redentorista
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